Ciudad de México, a 22 de septiembre de 2011
Al poeta de “La casa tomada”
No hay puertas.
Dijiste la ultima vez que habitamos la casa.
No hubo puertas por donde salir o entrar.
No hubo despedidas.
Una tarde desde tu habitación
observaste el juego de llaves entre mi manos,
sonreíste tiernamente hacia la ventana que no había.
Como si fuera ella otra vez
la falta tuya en mí,
encontré la llave de ningún orificio,
para nada, tarde poética a la orilla de su falda.
La embestida de tu recuerdo
convocó el olvido en mi memoria,
era a ella a quien hablabas,
de quien hablaste en tres palabras,
en un aullido.
Al oOctavo aniversario de las orquídeas blancas,
el balcón pintado en la pared
anidó primaveras
fuera y dentro de tu habitación,
en la casa en la que todos duermen a esta hora.
En tus pupilas
recostado al horizonte
ella inunda la distancia entre tú y yo,
un aroma arrebatado entrelaza lo imposible,
una mirada al otro lado del pasillo
se apodera de eso que los límites del cuerpo habita,
ella acontece nuevamente descalza en el umbral de la rosa,
tu boca y mi mano en el vértigo de lo que cae.
Una danza de faisanes,
mientras llueven sueños en el horizonte,
empapan la realidad de la planicie impresa.
Jazzcinthya Irais Chaparro Medina
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