9 de enero de 2018

ESCRIBIR MÁS ALTO I

Encima de la hoja
como hembra,
montada sobre la pluma,
desnuda de mi misma,
penetrándome la letra del poeta,
derramo lo que él no puede de mi.

La máscara es perfecta
atraviesa la mirada de los sexos,
levanta las cadenas del amor
sobre el mundo y
una alfombra de fuego
dirige a la alcoba del deseo.

Exultante frenesí.

4 de enero de 2018

INTENSAMENTE ¿UN SUEÑO?

Soñé y lo recordé al despertar,
era la hora del medicamento,
la asistente entró de golpe
y en ese instante
con la claridad a flor
de la celuloide,
la imagen corría sola
junto al amanecer,
los personajes vestían del mismo
color,
la fiesta en blanco de alguna otra
época, se deslizaba sobre pisos de
madera clara, paredes de madera
clara.
Ventanales como balcones a la mar
abren un azul celeste, más blanco que el
blanco,
hombros descubiertos y
bronceados de erotismo
agitan la libido del lenguaje,
vienen y van
frases al oído,
detrás del abanico,
por debajo de las sombras
del sombrero,
saliendo de unos labios rojos,
O esculpiendo en el tiempo
otro tiempo.

Entre copas canta el viento
el poema que se está
escribiendo en otro lugar,
discurriendo
esa, es la joya del sueño,
las sábanas de la confianza
entre humedades humanas.

Esas paredes de madera clara,
esos pisos de madera fina,
fueron periódicos,
torres de periódicos, que hicieron calles y
avenidas,
tránsito de gente en direcciones
alternas,
la vestimenta en blanco
se cayó en los colores del otoño,
los hombros desnudos
se pusieron pantalones
y chalecos;
la cocina repleta de alquimia
mezcla el deseo y el amor,
en la comarca de los sueños
colindando con las fisuras de lo real y
una olla de versos calientes,
hirviendo como el agua
de las grutas del edén
o de mi vientre;
trabajan;
un florero nuevo
visitando la tumba del Poeta, un cadáver
nuevo en el panteón,
una niña regando las flores que le
encomendó la abuela,
y la abuela leyendo libros que ya son
suyos.
La estancia contiene los retratos
vivos
del protocolo,
suenan los timbres de las campanas y
se asoman las manecillas de aquel
tiempo familiar,
bailarines inanimados circulan
60 segundos y vuelta.
Nos hemos metido a una casa,
a la casa de ella,
a sus ropas,
a la presencia
de su olor,
a la ausencia de sus silencios.

Se abrió una puerta
y se abrieron las 2001 puertas.

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¡Feliz año!