25 de julio de 2011

Mandato social para la mujer de éste siglo

Insistes en llamarme loca.

Insistes en llamarme señorita.

Insistes en llamarme mi reina.

Insistes en llamarme mamacita.

Insistes en decirme niña.

Insistes en callarme.

Y cuando soy una de éstas esclavas,

me doblego y caigo de rodillas al silencio.

Me desprecias y me ignoras

y toda posibilidad,

rota en la transmutación de la bestia.

Grito desde el agujero.

Una tormenta declinando en huracán

desde el centro de gravedad hasta las puntas y el mar.

Grito con el cuerpo de las palabras

y expulso desde la médula aquello con lo que nombras a tus fantasmas con mi cuerpo.

La sabiduría se asoma por el balcón de las virtudes.

El inconsciente comanda los tropiezos y los aciertos de la espátula y el lienzo,

del surcar el horizonte en el camino,

de llamar amor a lo vivido y

entregado al mundo del futuro,

de nombrar ahora el pacto adquirido en este anillo

anudando la triada del cero en movimiento,

manifestación digna del tiempo en el que la puntuación es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario